martes, 17 de marzo de 2009

Ensayo para la postulación a la Maestría en Guión y Desarrollo Audiovisual


El por qué de un todo

Qué trascendentales pueden llegar a ser los pasos que da una persona. Cada uno de esos movimientos, definitivamente, pueden llevar a cambios que no solamente lo involucren a uno, sino también a la gente que a cada uno acompaña en su caminar. Cada huella que dejamos está cargada de un gran peso, la cual se hace cada vez más profunda con todo lo aprendido y enseñado, a través de lo que podemos llamar, con razón, familia.

Esto no solo se ve en el plano familiar, sino que además, lo podemos apreciar cuando contamos nuestras historias, la de los demás o las que nos inventamos. Pienso que el bagaje que tenemos nos puede marcar un nuevo sendero de conocimiento, pero aún así: ¿qué herramientas podremos usar a nuestro favor y hacer con la pluma, lo que el pintor hace con el pincel?

Mi primera experiencia con el mundo del arte se da con la necesidad de expresión; y mi visión de plasmar el mundo que conocía en ese momento con la abstracción que ejecutaba mi mano, con formas propias y de gran manera recurrentes a los tempranos años de edad. Los soportes no eran hojas de papel bond, ni bastidores diseñados especialmente para mí, …eran inocentes libros que pagaban las consecuencias de ser rayados con un bolígrafo de tinta azul; ese fue mi gran acercamiento a los libros y el querer que estos tengan más gráficos, fotos y dibujos. Ahora todo esto no se me hace lejano, pues lo veo plasmado en mi sobrino y la misma necesidad que tuve de ver formas donde no las hay.

Cuando ya tenía más años, alrededor de los 6 o 7, tuve la oportunidad de recorrer un museo casi vacío, de la mano de mi madre; fue un momento en el que el tiempo se volvió simplemente mágico, de otro mundo, irreal -o cómo se lo quiera llamar-, ya que miraba las paredes llenas de cuadros y distinguía ahí formas que me gustaban, que me causaban gran emoción. El arte me marcó.

Ver el mundo que nos rodea es verlo de forma compleja; un mundo tan lleno de particularidades, de sucesos, cuentos y leyendas; de escribanos que lo registran todo, hasta de los que no tienen con qué escribir. Así no queramos ver nada, hay un millón de formas en las cuales debemos fijarnos y observar todo ese mar de cosas que suceden en todos lados. Y así poder dedicar el tiempo a mirar historias en los gestos, actividades y actitudes de los seres humanos; imaginando contar esas realidades, creando pequeños argumentos, sin olvidar sobre todo, los detalles.

Para poder conocer mejor lo que somos, se han desarrollado varios estilos o corrientes artísticas que muestran de mejor forma al ser humano. Todas estas historias, realidades y argumentos podemos encontrarlos en las novelas de nuestro pasado, historias que retratan la vida de los de adentro, en un país que quiere mostrarse, pero que todavía no conoce lo que es; o en el cine italiano de postguerra que se preocupa por el prójimo, siendo su fin y su constante búsqueda.

Estas historias de un mundo que no conocemos, se las pueden ver reflejadas en las letras de José de la Cuadra, escritor ecuatoriano de principios del siglo XX, el cual describe dentro de su obra, el fascinante mundo en el que vive la gente, específicamente las personas del campo en el litoral. En sus historias, al parecer, no hay nada de lo cotidiano, pero sí de algo irreal, características que confluyen y que se lo ha denominado, realismo mágico

Lo visual no ha quedado de lado. El neorrealismo, con Pier Paolo Passollini, Vitorio de Sica y el argentino Carlos Sorín tiene en sus obras argumentos de generosidad, humildad y sencillez. Un cine más sensible y más humano a la hora de mostrar la realidad del hombre. El desastre humano que fue generado por el cruel fascismo que vivía Italia y toda Europa, la cual se llenaba de una auto alimentación narcisista, llevó a que se retrate con personajes reales, este tipo de películas, generando historias propias de la gente.

Además dentro de lo visual, no pueden quedar a un lado los detalles que se pueden encontrar en las fotografías del Sebastião Salgado y mi compatriota Hugo Cifuentes, quienes en sus imágenes esconden una historia detrás, generado por el clima que envuelve a la gente, el ambiente que lleva a lo que son, …situaciones que se encuentran retratadas al capturar la esencia.

Con todo esto, qué hay en común entre José de la Cuadra, los neorrealistas y Cifuentes. Pues querer contar la realidad desconocida de mundos distintos, pero que no se quedan ahí, sino que además tienen como hilo conductor en común al gran protagonista, que es el hombre. Si esto no es un gran motivo para narrar, ¿qué lo es?

Conocer más al hombre, saber cómo son las cosas que vive, se ha convertido en una constante, por la misma necesidad de contar historias. Esto me ha introducido en un mundo que me apasiona. Pero las diversas formas de pensamiento humano han convertido a la forma de narrar, desde la Grecia antigua, y mucho antes, hasta la actualidad, en varios puntos de vista sobre cómo se ha comportado la sociedad en sus diferentes épocas, dándonos estructuras narrativas cada vez más interactivas, donde el espectador puede usar mucho más sus sentidos. En un mundo audiovisual, la narrativa se traslada. Siendo ejecutada por quienes en realidad quieren que se ejecute, por los que en realidad quieren contar con la libertad de usar un lenguaje propio, usando plataformas que no solo están al servicio de uno, sino que además, al estar lleno de emociones únicas, harán del espectador, no uno más, sino una persona que piense y muestre emociones… que reaccione, que sea parte de todo esto.

En otras palabras, hay que dar a los espectadores las herramientas adecuadas para que sean conscientes de todo lo que se ha armado, que puedan vivir y revivir dentro de la “cámara oscura”, historias paralelas a ellos, que puedan estar o están sucediendo ese mismo momento en la urbe o en la imaginación, y encuentren al menos un grado de identificación, con un objetivo; de que el espectador se retrate en abstractas emociones, huellas que se alojan en lo más profundo de él y causen reacciones en sus sentidos.

Walter Murch, editor de “El Padrino”, busca esto en el parpadeo del espectador, explicando que en la sala de cine, cuando hay una escena tensa, el espectador deja de parpadear, lo cual indica que está enganchado con la historia. Para mí las reacciones se pueden dar de diferentes maneras, pero tienen que ser como un metrónomo natural que tiene el cuerpo para medir nuestras sensaciones.

Además podemos generar las sensaciones de las que hemos hablado y que van a aportar a la narrativa, convocando a la música: dulce y necesaria fuente de inspiración, que es una gran herramienta para poder transmitir a la gente, para que comprenda mejor el personaje o una situación en particular asignándole su propia música, sus propias sensaciones.

Ahora sé que la propuesta que me hace la Universidad de Los Hemisferios, de poder viajar a Chile a incrementar mis conocimientos, es la sazón que Dios me ha puesto en el camino, dándome una nueva oportunidad de regresar al Sur, después de una breve experiencia en La Plata, Argentina y desarrollarme como realizador audiovisual. Y saber, que en la Universidad de Los Andes, en la Maestría en Guión y Desarrollo Audiovisual, podré contar con el ambiente y las personas para formarme, valorando los esfuerzos y conocimientos que tengo y deseo tener, explotando las potencialidades que no he expuesto aún. Haciendo historias que aún hay que contar.

Andrés Valarezo Quevedo

2 comentarios:

Mariana y el Inolvidable dijo...

Negrito, todo tiene su tiempo y todo tiene su hora, hoy seguro no entendemos porque no hay chance, pero te animo a pensar que lo que viene es mejor aun que lo que te esperaba alla. Dios tiene un plan perfecto para ti y se va a cumplir siempre, sigue confiando en El.

Te amo mucho, eres por siempre el mejor regalo de navidad que he tenido.

El Apestado dijo...

Más trascendentales suelen ser los tropiezos